La dama del unicornio
por RAFAEL
Saint-Simon creyó ver en este retrato una confesión herética. El
unicornio, el narval, la obscena perla del medallón que pretende ser una
pera, y la mirada de Maddalena Strozzi fija terriblemente en un punto donde
habría fustigamientos o posturas lascivas: Rafael Sanzio mintió aquí su más
terrible verdad.
El intenso color verde de la cara del personaje se atribuyó mucho
tiempo a la gangrena o al solsticio de primavera. El unicornio, animal
fálico, la habría contaminado: en su cuerpo duermen los pecados del
mundo. Después se vio que bastaba levantar las falsas capas de pintura
puestas por los tres enconados enemigos de Rafael: Carlos Hog, Vincent
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Grosjean, llamado «Mármol», y Rubens el Viejo. La primera capa era
verde, la segunda verde, la tercera blanca. No es difícil atisbar aquí el triple
símbolo de la falena letal, que a su cuerpo cadavérico une las alas que la
confunden con las hojas de la rosa. Cuántas veces Maddalena Strozzi cortó
una rosa blanca y la sintió gemir entre sus dedos, retorcerse y gemir
débilmente como una pequeña mandrágora o uno de esos lagartos que
cantan como las liras cuando se les muestra un espejo. Y ya era tarde y la
falena la habría picado: Rafael lo supo y la sintió morirse. Para pintarla con
verdad agregó el unicornio, símbolo de castidad, cordero y narval a la vez,
que bebe de la mano de una virgen. Pero pintaba a la falena en su imagen, y
este unicornio mata a su dueña, penetra en su seno majestuoso con el
cuerno labrado de impudicia> repite la operación de todos los principios. Lo
que esta mujer sostiene en sus manos es la copa misteriosa de la que hemos
bebido sin saber, la sed que hemos calmado por otras bocas, el vino rojo y
lechoso de donde salen las estrellas, los gusanos y las estaciones
ferroviarias.
El Cluny es uno de los más bellos museos de París (siglo XIII). Pequeñito y delicioso, el Museo Nacional de la Edad Media en el barrio latino. Las tapicerías ocupan una sala. Fueron recuperadas en 1841 cuando las descubrió el escritor e historiador Prosper Merimée en una visita al castillo de Boussac (Limousin). Los cartones que las originaron fueron fabricados en París a fines del siglo XV, mientras que el tejido se realizó en Flandes, la ciudad habitada –entonces- por los más grandes artistas tejedores de Europa. El rojo casi vino de la tapicería sigue intacto. Allí mismo se pueden visitar los baños galo/romanos, pero no es el punto.orirse. Para pintarla con verdad agregó el unicornio, símbolo de castidad, cordero y narval a la vez, que bebe de la mano de una virgen. Pero pintaba a la falena en su imagen, y este unicornio mata a su dueña, penetra en su seno majestuoso con el cuerno labrado de impudicia> repite la operación de todos los principios. Lo que esta mujer sostiene en sus manos es la copa misteriosa de la que hemos bebido sin saber, la sed que hemos calmado por otras bocas, el vino rojo y lechoso de donde salen las estrellas, los gusanos y las estaciones ferroviarias.
Jorgeduti@gmail.com
muy interesante ese tema sobre el arte, me gusto la pintura y tambiem porque hablan sobre cluny ya que es uno de los mejores museos de paris del siglo XIII
ResponderEliminarMuy Interesante....
ResponderEliminarmuy bueno
ResponderEliminarmuchas gracias
Interesante😁
ResponderEliminargracias por su aporte es muy interesante
ResponderEliminarinteresante
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